Como dijo una amiga mía Desayuno con diamantes no es famosa por el
libro sino por la película, y que razón tiene. Aunque solo me venían imágenes
de Audrey Hepburn haciendo de Lulamae, las dos historias son bastante
diferentes.
Hepburn interpreta magistralmente a esta aspirante actriz. En el libro
Holly es un personaje bastante complejo, te hace creer que va a cambiar después
de conocer a Paul Verjack (George Peppard) pero la tejana continua igual,
buscando a su Sugar Dady mientras continua con su idea de convertirse
en actriz. En la película Lulamae esta totalmente edulcorada, se refino su profesión y sus relaciones sexuales,
quizás por eso Capote se enfado tanto con el director Blake Edwards que, en mi
opinión, consiguió que fuera más divertida y entretenida.
Siempre se recuerda el vestido de la primera escena -el cual aparece hasta
en cuatro ocasiones con diferentes accesorios- pero pocos se fijan en el
vestido de cóctel rosa, también de su amigo Givenchy, que lleva cuando le dan
la noticia de la muerte de su hermano. El vestuario fue supervisado por la
ganadora de ocho oscars Edith Heard, la cual también se encargo de la ropa de
películas como La ventana indiscreta y El crepúsculo de los Dioses. Las
joyas y los accesorios fueron obra de Jean Joseff que también trabajo en Psicosis, Cleopatra y
Una mente maravillosa. Sin lugar a duda una gran selección de profesionales
que trabajaron para conseguir que la película se convirtiera en un icono de principios
de los sesenta.
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